De niña corría hasta el borde de los abismos y justo antes del gran vuelo
frenaba sonriente. Cienes de veces. Suspiraba y jugueteaba asomando los dedos de sus pies en el barranco.
Una legua la separaba de la "Cortada das Torreis" y durante gran parte de su infancia vivió su tiempo con libertad. Pobreza y armonía también. Solía ir hasta allí a pensar. A jugar a ser equilibrista (aunque nunca había visto una).
Pero la niña frágil ha crecido y ya no es tan niña y ya no es tan frágil. Quien se permite la memoria también desprecia los secretos. Fue mujer con daga en la mano y carne caliente. Cada vez que le tocó arrinconó a sus bestias, hasta quitarles el jugo de adentro, por completo. Enterró osamenta.
Claro que pertenece al mundo de los sobrevivientes. Antes y después de dar muertes supo dar a luz a sus criaturas.
Que sea hermosa y caliente a cualquier jinete entra en el plano anecdótico.