in terro gancias

preguntar y no dar respuestas es cosa propia de los que “tenemos sentido común”. Pero ¿Qué es tener sentido común? ¿Cómo es ser políticamente correcto o viceversa? ¿A quién le importará? En concreto ¿Qué es tener coherencia? ¿Quiénes la tienen? ¿Quiénes determinan cuáles son nuestros problemas? ¿Nuestros? Seamos lineales: ¿Hay más de una forma de coherencia?
Digo perdón: ¿Qué es tener sentido común? Algunos somos parte de Generaciones que se han criado en la denominada Lógica Logo: “Compre todo hoy porque si no mañana ya va a ser pasado”. Y esto en muchos casos deja esquirlas. En otros no.
Mientras pueda sobrevolar El Miedo que -tan vigente como ayer- interfiere en todo asunto social con desenfreno y silencio. Aún pre existe el fruto de esa matriz de Generaciones Pasadas aggiornadas al Siglo XXI. De otra forma ¿Cómo se sostiene el paradigma “es esto que tenemos o por lo contrario lo que tuvimos hace treinta años”? No lo sé. Aún hoy se puede escuchar el tragicómico deseo de “que vuelvan las botas”.

¿Cómo es la historieta del progreso? ¿Qué es progresar? ¿Qué es ser progresista? ¿Hasta cuándo se es progre y cuándo conviene dejar de serlo?

¿Cuánto de sujetos y cuánto de objetos tenemos? ¿Nos tratan como una o la otra cosa? ¿Quiénes?
¿Es irreverente preguntar? ¿Sirve de algo preguntar? ¿Hay tiempo para preguntar? ¿Alguien quiere responder? No lo sé otra vez.

Por ahí el melodrama no es tan embromado como se presenta en las audiencias que explican Cómo es el melodrama.
Quizás los adultos no nos hacemos preguntas y re preguntas tanto como los niños, que tienen necesidad de entender. Que aún están relativamente despojados de las cargas y des-cargas que presionan a los adultos. Pues el sistema adiestra al niño tanto hasta que se queda sin preguntas y así también, deja de ser niño.

¿Los adultos tenemos ganas de entender? ¿O ya lo sabemos todo?