“Mamá, sabés que algo no me cuaja…” se refirió la niña y su madre le acercó un amable “Escucho…” entonces la pequeña cuestionó “¿Por qué tengo que proteger este techo?” Allí la mujer dejó en la mesa la pava y definió: “Simplemente porque es tuyo”; entonces la criatura más dulce de la casa se puso de pié y arremetió:
-¿Y si no quiero?
- ¿Cómo y si no quiero? Todos queremos porque es lo mucho o poco que tenemos… - luego del silencio volvió la mano al mate y el alma al cuerpo cuando…
- Mamá, sabés que…
- ¿Qué, mi amor?
- Porque no te vas a la re-puta-madre-que-te-re-mil-parió?
Más tarde, una vez sola: la mujer adulta sonrió.
El salmo posterior a la cantata del divino emblema nos acerca una revelación plena. Refiere al humano como ser doctrinario y sensible por naturaleza. Prácticamente desde un grado intrínseco-primitivo: “Llegará de pie y entero a la boda (del cordero) y no podrá concebirse cargando ningún peso martirio de buenos caídos en sus espaldas”. Estas letras, por cierto, despojan al hombre de toda pesadumbre culpógena. Así se explica porqué fueron desestimadas cuando debieron -por razones que tienen más que ver con el poder que con la fe- llevarse a cabo las subsiguientes reescrituras.
“Entonces ahí estás nomás!, asimilando el asunto y siguiendo la gira hasta el final” sostiene un tanchido poco tenido en cuenta .
La mayoría de las veces por más que se busque y rebusque el amor de la vida no se encuentra ni regresa. Haya o no formado parte de aquel segundo demonio que invencionó un pre-vendedor de la “ética salomónica”.
Esté o no colmada la obsecuencia de quien nunca bajará los brazos.
Finalmente otra vez ("protegiendo el sembradío") descansa un hombre deliberadamente quieto y abierto de brazos.
Como si se tratara de un espantapájaros.
la calidad de pastor en estas palabras,paso y me voy satisfecho
ResponderEliminarun gran abrazo
Pastor:
ResponderEliminarLo que acabo de escribir, se borró, maldición!
Pero creo que el cielo de esa niña es parecido al techo que desprecia...
Beso
sono sono!
ResponderEliminarme reconforta que aún pase y más aún que se vaya satisfecho! Usted sabe que es "de la casa".
cleo cleo!
su creencia purifica.
pd. no es apológco ser tan mal anfitrión, es lo ue sale: perdón y gracias!!!
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