Si somos prisioneros de aquella caverna que Platón diseñó entre culeo y culeo podremos disponernos entonces a desconfiar del desquicio de las teletransmisiones. Desde donde se oculta, finge a–sombra la verdadera realidad. Esa que no es única y ha sido -está siendo- acallada en el mismísimo mundo este.
Siete continentes impuros
de competencia absurda
se puede tratar de
quién está más cuerdo
quién tiene mejor resolución
quién más cubierto en mierdas
quien más desamparado
la apología puede revelarse
desde el buen o el mal vivir
el usuario elige, al menos imita
hace de cuenta, juega a que
aparenta que decide, pero…
sólo ve sombras proyectadas
deliberadas-mentes...
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