La cuestión se trata entonces de ningunear a la muerte, no?
De darla por tal como es, inerte y pálida, mínima.
No facilitarle más prensa mental de la que requiere.
Ahora el hambre, para quien nunca la sintió puede parecer algo lejano abstracto. Y la palabra puede adquirir el mero-valor-mero de slogan sensible.
Claro que detrás de hambre vive mentira.
Mentira de Siglos. De casi siempres.
Mentiras en singular y de orden mundial.
Mentira que inventa miedo a la muerte y no al hambre.
Ahora entonces mentira es digna de muerte, y no de hambre.
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